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lunes, 19 de diciembre de 2016

Edad Media: Entre lo Sacro y lo Profano

Con la caída del mundo antiguo y la entrada en la Alta Edad Media debemos hablar del cristianismo. El uso de fármacos psicoactivos distintos al alcohol queda en desuso por ser aborrecibles. El ritual cristiano es sobrio y estricto, y prescinde de todo lo que se acerque a la hechicería. En las ceremonias de momentos avanzados, donde el rito está estandarizado, solo la casta sacerdotal puede consumir vino, considerado como en cultos paganos anteriores, sangre divina. Las ceremonias más antiguas exigen grandes ayunos antes de la eucaristía, por el que, sumando el pan mojado en vino puro, los jóvenes experimentan un trance que puede considerarse como rito iniciático. Según algunos autores, este uso ceremonial del vino podría derivar de la tradición pagana dionisíaca.
Incluso los padres de la Iglesia censuran la bebida, tachándola de embrutecedora y causante de otros pecados. El cristianismo entiende que cualquier sustancia que altere la conciencia y relaje la moral, abre la puerta al demonio. Por este motivo proliferan sectas abstemias como los encráticos, los tacianos, los matcionitas y los acuarianos, que aseveran que la vid surgió con la caída a la tierra de Lucifer. No por ello es menos abundante el consumo alcohólico en contextos sociales.
Respecto a los usos médicos, en determinados momentos, la creencia en la intervención divina hace que cualquier medicina se considere herética. Como consecuencia de esto, en el imaginario colectivo pensamos en el Medievo cristiano como en una época oscura para la ciencia, en la que abunda la enfermedad y la miseria.


En el siglo VII, con el surgimiento del Islam, se produce un enfrentamiento entre la tradición árabe y de los primeros pueblos en ser conquistados, con el integrismo que algunos practican. Precisamente por esto vemos como, aunque el Profeta prohíbe el alcohol, otras sustancias como el opio o el cáñamo son un elemento común en la sociedad, y su consumo tiene incluso matices de distinción de las élites. Se aprecia un resurgimiento del saber clásico, que los árabes reciben a través del mundo bizantino. Esta religión en expansión lleva allí donde va tratados sobre medicina que suponen un gran avance.
Ya entrados en el mundo Bajo medieval, vemos como el sentimiento de cruzada agudiza las diferencias culturales. En el occidente europeo se instaura la Inquisición, institución dedicada a dar caza a aquellos que no respetan la doctrina cristiana. En zonas del norte del continente aparece la figura de la bruja medieval, aquella persona a la que se le atribuyen cualidades demoníacas, y que en muchas ocasiones resulta ser una entendida en remedios medicinales. El auge de unos y el declive de otros, marca el paso a la época moderna.

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